En Torrelavega, a 31 de diciembre de 2022
En estas fechas suele ser habitual hacer balance del año que termina, y a mí no me gustaría ser menos. Tomar los aspectos positivos y que nos sirvan de impulso para afrontar los negativos, y aprender tanto de aciertos como de errores.
En El Malecón, 2022 ha dado para todo. En lo deportivo se inició de un modo renqueante, pero afortunadamente se retomó el buen camino y se cumplieron los objetivos principales de la temporada, con los ascensos de los tres primeros equipos.
Hoy despedimos el año con un equipo senior afianzado en las posiciones privilegiadas de Segunda Federación, muy por encima del objetivo marcado en verano. A sus componentes les pido la misma profesionalidad que hasta ahora y les animo a competir hasta el final. Al equipo Juvenil A, recién ascendido a División de Honor, le pido un esfuerzo para revertir la situación actual. Y al Juvenil B que lo haga con la mira puesta en los dos equipos que tiene por encima, es decir, su futuro. Al resto de equipos de cantera, simplemente disfrutar y seguir creciendo como deportistas, pero, sobre todo, como personas.
En el aspecto económico debo decir que ha sido un año de duras batallas, pero estoy especialmente satisfecho con el trabajo realizado. Hemos puesto los pilares para que el club pueda crecer a partir de ahora de una manera sostenible. Acabamos el año con los salarios de todos los empleados al día, con la situación con las administraciones normalizada y, sobre todo, con la liquidez necesaria para que la Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega pueda trabajar con total tranquilidad. Y me van a permitir sacar pecho, porque yo llevo en esta entidad mucho menos tiempo que la mayoría de los socios, pero no recuerdo un escenario así.
Una vez reestructurada la deuda, aún queda mucho camino por hacer. Nuestro compromiso por saldarla requerirá de muchos esfuerzos, pero es un compromiso firme que esperamos culminar en cinco años, tal y como anunciamos a los socios en la última asamblea.
Por último, me quiero referir al ámbito social. En los últimos días he llegado a poner en duda algo que hasta hace unas semanas percibía. Esto no era otra cosa que la práctica unidad de la masa social gimnástica. Y digo que lo he puesto en duda por lo sucedido a raíz del premio de la lotería.
La Junta Directiva que presido por supuesto que no es infalible, y todos sus miembros nos equivocamos a menudo, como cualquier otra persona en el mundo. De lo que sí podemos presumir es de saber aceptar la crítica. Es más, la consideramos necesaria. Ahora bien, la crítica es una cosa y aprovechar ciertas circunstancias para tratar de echar abajo la credibilidad (con la que creo que contamos) es otra muy diferente.
En este, como en el resto de los asuntos, lo que se ha tratado de buscar desde el primer momento es el bien de la entidad, sin nada que ocultar. Ya se han explicado varias veces los motivos de la elección de la administración y la decisión de pagar con talones nominales se tomó buscando minimizar los gastos extraordinarios del club, como nos demandan sus socios. En cuanto percibimos que en este caso no era así, modificamos la forma de actuar para que lo cobraran en metálico de manera rápida y eficiente, contratando a la empresa de seguridad y pidiendo únicamente a los participantes los datos que la Agencia Tributaria nos obliga a recabar.
Digo en el párrafo anterior que he llegado a poner en duda la unidad del gimnasticismo. Sin embargo, me he dado cuenta de que la práctica totalidad de las suspicacias, que no críticas, proceden de gente que, o bien tratan de “ilustrarnos” en la gestión después de años aprobando otras que nos llevaron al precipicio, o de personas que ni siquiera son socias, sino más bien gente recelosa y con cuentas pendientes (con los miembros de esta Junta Directiva, pero sobre todo contra mi persona). Todos ellos con la “escopeta cargada” esperando el mínimo fallo. Personalmente, me consuela que hayan tenido que esperar casi veinte meses para aparecer. Quizá eso signifique que vamos por el buen camino. Terminaré simplemente recordándoles que a nosotros no nos hacen daño, porque tenemos fortaleza más que de sobra. A quien debilitan es al club del que algunos presumen de defender sus colores.
Que no sirva esto para dejar de reconocer que también queda mucho trabajo social por hacer. Hoy en día la Real Sociedad Gimnástica cuenta con cerca de 1200 socios. Si bien es una cifra considerablemente más alta de la que había cuando llegamos, nos sigue pareciendo demasiado baja para lo que esta entidad debe representar. Que, si bien la afluencia media al Malecón está entre las más altas de nuestro grupo, sigue estando muy lejos de estar en lo que este equipo y esta ciudad representan. Eso es un debe en lo que tenemos que seguir trabajando durante este año que entra.
Voy a terminar como viene siendo habitual también en estas cartas, deseando un feliz y próspero año 2023 a toda la masa social y simpatizantes, patrocinadores, colaboradores e instituciones que hacen que la Real Sociedad Gimnástica siga viva y creciendo. Un fuerte abrazo para todos.
Fdo.: Siro del Barrio Menéndez
Presidente de la RS Gimnástica de Torrelavega