El equipo mostró su solidez anulando casi por completo a la Real Sociedad B, que solo dispuso de dos oportunidades donde apareció la figura de Álex Ruiz. En la primera parte, Cusi protagonizó la más clara para los visitantes. La Gimnástica vuelve a sumar fuera de casa -no lo hacía desde la primera jornada- y continua en la senda positiva de sensaciones.
Real Sociedad B: Sisniega, Petxarromán, Muñoz, Le Normand, Lapeña, Guevara, Zourdine, Sáenz (Roberto López, 65’), Olaizola, Gorostidi (Guridi, 72’) y El Haddadi (Celorrio, 62’).
R.S. Gimnástica: Álex Ruiz, Fer, Bardanca, Camus, Cristian, Cusi, Vitienes (Docal, 85’), Palazuelos, Primo (Barbero, 89’), Víctor (Alberto, 78’) y Rozas.
Amonestaciones. Dirigió el encuentro el colegiado Sesma Espinosa. Mostró tarjeta amarilla a los locales Petxarromán y Le Normand, y a los visitantes Cusi, Cristian y Víctor.
Instalaciones de Zubieta. 400 espectadores.
Cuando los resultados no acompañan y la racha viene siendo dinámica, cuesta mucho sumar puntos. El nerviosismo y la falta de confianza traicionan siempre a los equipos que se encuentran en el fondo de la clasificación. Pero hoy no iba a ser así. Los cántabros salieron con las ideas muy claras, demostrando Pablo Lago tener muy estudiado a su rival.
El técnico asturiano volvió a recurrir a la defensa de cinco hombres, cuatro por delante y un único punta. En este caso, las variaciones no solo se vieron en el sistema, ya que hombres como Cagigas, Fermín o Luis Alberto no disputarían ni un minuto. Con Álex Ruiz bajo palos, la retaguardia estuvo formada, de derecha a izquierda, por Fer, Cristian, Bardanca, Camus y Rozas. Vitienes, en la derecha, y Víctor, tirado a la izquierda, escoltaron al doble pivote formado por Cusi y Palazuelos. Arriba, la responsabilidad del gol recaía sobre Primo.
A pesar de acumular muchos hombres por detrás de la línea de balón, la Gimnástica no sufrió prácticamente en ningún momento del partido. Bien es cierto que el dominio de la posesión corrió a cargo del filial, que pecó de ser demasiado plano y horizontal. La defensa, bien plantada y basculando con constantes ayudas, se encontró bastante cómoda ayudada por un servicial centro del campo. Bondadoso en la pelea estuvo Víctor, que, aunque partió de una posición poco habitual para él como es la banda izquierda, se dejó el alma para ayudar a Rozas en la izquierda y hacer lo propio en el eje con Cusi y Palazuelos.
La tónica del inicio se repitió durante prácticamente todo el encuentro. Balón para la Real; control del partido para la Gimnástica. De hecho, los de Imanol Alguacil no tiraron a portería en toda la primera mitad. El único bagaje ofensivo en la primera parte llevó el nombre de los torrelaveguenses, que se acercaron hasta en tres ocasiones por el área de Sisniega.
En dos ocasiones, con tímidos acercamientos, merced a sendos cabezazos de Cristian y Primo que apenas inquietaron al meta mexicano. Más allá de los poco afortunados remates, cabe destacar la figura de Vitienes, que se mostró muy incisivo en los primeros minutos desbordando por la derecha. Pero la tercera oportunidad si que fue realmente clara. Una presión de Primo obligó a Le Normand a ceder a su portero. El central golpea demasiado fuerte y Sisniega se ve obligado a despejar con la mano para impedir el tanto en propia portería, con lo que el colegiado decretó cesión dentro del área y, por tanto, libre indirecto. Camus la tocó y Cusi la reventó; un defensor puso en juego su integridad física para despejar el peligro. Y con estos breves y escasos acercamientos se llegaba al final de la primera mitad.
Tras la reanudación, la falta de intensidad estuvo a punto de costarles un gol a los de Pablo Lago. Muñoz profundiza por la izquierda, centra, y finalmente Olaizola remata obligando a Álex Fuiz a hacer una parada de las que se recuerdan durante bastante tiempo. El ex canterano de la Real Sociedad se empleó a fondo para protagonizar la parada de la tarde.
Sin embargo, el conjunto donostiarra levantó el pie del acelerador y dejó de producir ofensivamente. Más allá de un par de acciones a balón parado y la entrada de Celorrio, los de Imanol Alguacil no visitarían área rival hasta el descuento.
Por su parte, los cántabros decidieron conservar el resultado y retrasaron sus líneas, aunque no renunciaron al contraataque y, sobre todo, al balón parado, del cual dispusieron a su favor en varias ocasiones sin conseguir resultado positivo alguno.
Y ya al final, cuando el colegiado riojano había añadido cinco, llegó la última gran oportunidad de la contienda. Roberto López se alía en el área rival con un compañero que acaba rematando fuerte, seco, a la base del palo. De nuevo, una intervención magistral de Álex Ruiz mantuvo el empate en el marcador y con ella se finalizó el encuentro.
Los torrelaveguenses suman su sexto punto de la temporada, puntuación que no les es suficiente para abandonar puestos de descenso. Buscarán la victoria para salir de la zona baja el próximo domingo, a las 12:00 horas, en El Malecón ante el Club Deportivo Mirandés.