Los blanquiazules merecieron no perder en la cancha del segundo clasificado. La defensa de cinco hombres atascó a un Barakaldo que produjo muy poco ofensivamente.
Barakaldo CF: Viorel, Aguirrezabala, Manel Royo, Picón (Óscar Prats, 60’), Érik Ruiz, Carles Marc, Villacañas, Antonio Sánchez, Sergio Benito (De Paula, 89’), Dopi (Fran García, 65’) y Barbosa.
R.S. Gimnástica: Álex Ruiz, Fer, Bardanca, Camus, Cristian, Cusi, Vitienes, Palazuelos (Salas, 86’), Nacho Rodríguez (Primo, 73’), Víctor y Fermín (Rozas, 79’).
Goles: 1-0. Fran García (min 71).
Amonestaciones: por parte local a Viorel y a Dopi, y, por parte visitante a Víctor, Primo, Nacho Rodríguez y Vitienes.
Lasesarre. 2.500 espectadores.
Dicen que en el fútbol uno de los aspectos más determinantes son las dinámicas. En este caso, una de ellas, la del gol, no les sonríe a los torrelaveguenses, que volvieron a tener en su mano el poder puntuar de no haber estado tan poco afortunados en el área rival.
Si estuvieron, como casi siempre, acertados a nivel defensivo. El cerrojo cántabro desesperó a un Barakaldo que produjo muy poco en ataque. El partido, de juego muy intenso pero quizá poco vertical, parecía resolverse con un empate a cero que Fran García se empeñó en desbaratar con un zapatazo desde la frontal que se coló por la escuadra.
La Gimnástica volvió a dar muestras de solidez defensiva y, además, bastante clarividencia con la pelota en sus pies cuando el cuadro torrelaveguense tenía que atacar. Sin embargo, en esta categoría, y más concretamente en este grupo, cuesta un mundo generar ocasiones. Y pocas hubo en la primera parte, con las más claras con color del Barakaldo. En ambas, Álex Ruiz ganó el mano a mano y envió a córner. Primero, a Sergio Benito y, después, a Barbosa.
El bagaje ofensivo de los cántabros se redujo a una estrategia muy bien botada por Cristian y Camus, que en más de una ocasión sembraron el pánico en la zaga vasca. Ningún jugador gimnástico consiguió rematar con precisión en alguna de estas jugadas. La más clara fue para Vitienes con un disparo desde la frontal que salió repelido por un defensa y pasó cerca de la escuadra.
En la segunda parte comenzaron a hacer acto de presencia las urgencias: los aficionados locales se impacientaban ante las imprecisiones de su equipo, provocadas, casi siempre, por la excelsa disposición táctica de los de Lago.
Barbosa pudo desequilibrar la balanza con un disparo lejano que salió cerca de la cepa del poste pero, la más clara hasta el gol, fue para Vitienes. Fermín se incorporó por su carril y centró al área, donde cabeceó Vitienes a las manos de Viorel.
Poco después llegó la mejor acción individual del partido, protagonizada por un recién incorporado Fran García, que recibió en el pico del área, recortó hacia dentro y la coló por la escuadra del palo largo. Golazo. 1-0.
El jarro de agua fría cayó como una losa sobre los hombres de Pablo Lago, que, a pesar de tal varapalo, se resarcieron y se volcaron en busca del empate. El Barakaldo metió a sus once futbolistas en propio campo y poco más que despejar balones fue su misión en lo que restaba de partido.
Los locales se defendían bien, pero tuvieron un único fallo. Primo, que había entrado por Nacho, vio un espacio a la espalda de Prats y puso la bola allí, perfecta, a la carrera de Dani Salas. El chaval llegó en velocidad y trató de anotar entre las piernas de Viorel, que reaccionó a la perfección salvando a los suyos en el 90’. Una vez más, la falta de acierto en los últimos metros penalizó a los blanquiazules, que se fueron de vacío en el casillero, no así en el aspecto anímico, donde el equipo volvió a recuperar sensaciones positivas.